17.2.05

ETA ordena a más francotiradores que maten para sabotear la campaña vasca

«Boicot a las elecciones vascas». A través de esta consigna el cabecilla del «aparato militar», Garikoitz Aspiazu Rubina, «Txeroki», ha ordenado a sus «comandos» que asesinen a dirigentes del PP y del PSE con el pretendido objetivo de que se suspendan los próximos comicios autonómicos, una vez que la banda ha perdido la esperanza de que pueda concurrir Batasuna o plataformas satélites. Mientras, la Guardia Civil sospecha que, además de Aldunate, ETA dispone de otros «comandos» integrados cada uno por un pistolero adiestrado en el uso de rifles con mira telescópica para sabotear las elecciones. En una nota hallada en el piso del «liberado» se ha encontrado una anotación de «Txeroki» ordenando «poner muertos encima de la mesa»

Los expertos advierten de que ETA ha entrado en la tercera fase de la estrategia que emprendió a raíz de la llegada del PSOE a La Moncloa, con la que trata de sondear la disposición de Rodríguez Zapatero a negociar con la banda y, en el caso de que no observe claudicaciones claras, «tensar progresivamente la cuerda».

Si la primera fase incluía atentados de escasa potencia, a modo de presentación ante el Ejecutivo de Zapatero, la segunda contemplaba atentados de mayor envergadura, aunque más o menos medidos para evitar víctimas mortales, al menos entre la población civil. La tercera, prevista para ser aplicada en el caso de que los terroristas consideren que Zapatero no responde satisfactoriamente a sus exigencias, supone una «vuelta de tuerca» más, con la pretensión de acumular muertos encima de una hipotética mesa de negociación para forzar al Gobierno a que se pliegue. En esta fase, el listado de posibles víctimas lo encabezan los políticos del PSOE y del PP, tal y como adelantó en su día ABC, pero lo siguen conformando también los objetivos tradicionales, como miembros de las Fuerzas de Seguridad y del Ejército.

Las fuentes consultadas subrayan que ETA/Batasuna no se siente satisfecha por la actitud que mantiene José Luis Rodríguez Zapatero. La coalición ilegalizada interpretó que el presidente del Gobierno respondió sólo con «buenas intenciones» a la carta que le envió Arnaldo Otegi. A la exigencia de ETA para que se dé una solución al problema de sus presos, representantes del Ejecutivo han contestado que sigue vigente la política de dispersión. Y, por último, frente a las exigencias de que derogue la ley de Partidos para que la coalición pueda presentarse a las elecciones autonómicas, el Gobierno mantiene como condición imprescindible que se desmarque de ETA.

A la vista de que Zapatero no pasa del «buen talante» a los «hechos», según los propios dirigentes batasunos, el jefe del «aparato militar», Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», ha ordenado a sus «comandos» que ejecuten ya la «tercera fase» que contempla el asesinato de dirigentes del PP y PSOE, sin descartar a los objetivos tradicionales como las Fuerzas de Seguridad y del Ejército. De hecho, «Txeroki» dijo al etarra Pérez Aldunate que si no podía atentar contra los políticos, lo hiciera contra un uniformado «de cualquier color».

El jefe de los «comandos» llegó a reprochar a este etarra por qué no había cometido ya ningún asesinato pese a disponer de un rifie con mira telescópica y una pistola. Aldunate respondió que se sentía «descolocado» por las informaciones periodísticas que hacían referencia a contactos entre el Gobierno y la izquierda abertzale. «Txeroki» le replicó que había que dar «caña» y «poner muertos encima de la mesa» porque «no había nada», en alusión a esos supuestos contactos, según consta en una nota encontrada en el domicilio de Aldunate. El jefe etarra también dijo al «liberado» que «había que hacer algo gordo» porque «la moral era baja» en la banda. La consigna es el «boicot» a las elecciones autonómicas vascas. Esto es, sabotear las urnas en un intento de que no se celebren, una vez que ha perdido la esperanza de que pueda presentarse Batasuna.

Las fuentes consultadas recuerdan que esta fase tercera, lejos de contradecir la oferta de Anoeta, la refuerza. Al fin y al cabo, lo que pretende la banda es imponer por la fuerza la propuesta trampa presentada por Arnaldo Otegi el pasado 14 de noviembre.

Los mismos medios subrayan que desde su inicio ETA ha tenido una estrategia «político militar». Cuando, por coyuntura, la banda da prioridad a al frente político, en ningún caso supone que se está replanteando el abandono de las armas. La prueba es que los mismos dirigentes que defienden la propuesta de Anoeta han recurrido en recientes fechas a la amenaza con el propósito de presionar a las instituciones para poder presentarse a las próximas elecciones autonómicas.

El 4 de febrero, el secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, advertía de que si «a la izquierda abertzale no se le permite participar en los comicios del 17 de abril, el día después el conflicto estará abierto en toda su dimensión». Por su parte, el batasuno Joseba Álvarez auguraba «problemas» si no se aplazaban los comicios.

Galería de tiro en Francia

La Guardia Civil cree que ETA cuenta con más «comandos» formados por un solo pistolero adiestrado en el uso de rifles con mira telescópica para sabotear las próximas elecciones autonómicas vascas. Este «modus operandi» podría ser el idóneo para atentar en actos electorales. Aldunate recibió adiestramiento sobre el manejo de este tipo de armas durante varios días en una casa de Francia. El cursillo lo recibió en solitario, aunque la Guardia Civil cree que por ese lugar han pasado más activistas. Este «liberado» disponía de colaboradores para ocultarse, pero actuaba en solitario, ya que él mismo recababa las informaciones sobre objetivos.

Las investigaciones han permitido comprobar que este etarra estuvo en Palma de Mallorca entre abril y mediados de mayo pasados con el objetivo de preparar un atentado contra el Rey. Sin embargo, el terrorista que, en ese momento, carecía de armas, no llegó a realizar ningún tipo de seguimiento a Don Juan Carlos. El etarra decidió abandonar la isla al ver que ninguno de los enlaces previstos por la dirección de la banda llegaron a Mallorca para proporcionarle instrucciones, dinero y armas. Aldunate regresó a Francia y a principios de julio fue enviado a Vizcaya con la orden de recoger información sobre cargos políticos y cometer atentados con el rifle telescópico.

Mientras, la Guardia Civil trata de localizar a Pablo Aperribay por dar cobijo a Aldunate. El vehículo del buscado fue hallado por la Benemérita en Tarifa, localidad gaditana a la que había ido a pasar unos días con su novia. La detención del «liberado» puso pies en polvorosa a Aperribay.

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