20.2.06

Cerrando círculos

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.

Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o
cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se
van clausurando.

¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó tu relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? Puedes pasar mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en regresar el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser
infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa,
romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse.

La vida va para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni
vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran? ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?) ¿Necesidad de
aclaraciones? ¿Palabras que no se dijeron? ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos
ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese
lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda
quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es
indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin
ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o
físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni
nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete,
suéltate. ¡Esa es la vida!


Paulo Coelho

4 comentarios:

Unknown dijo...

El sr.Coelho muy rápidamente da consejos de estos que se dicen de tirón y luego a ver cómo cojones los pones en práctica. Habría que preguntarle si cerraría tan fácilmente su ciclo como escritor por dejar de vender los millones de copias que vende actualmente

Javifields dijo...

de la teoría a la práctica: aquí un ejemplo de pasar página o cerrar círculos

DeAtH HaS cOMe #eCh!2004 dijo...

me he kedado impresionado al leer la noticia en el 20m... espero k consista en ver como se le lanzan tartas y cosas d eso, si no, no m explico k puede tener degracioso semejante personaje...

Anónimo dijo...

Para aguantar las sentencias moralistas y condescendientes de Coelho hay que tener mucha paciencia, enhorabuena.