Hola, ya estoy en la city de nuevo, y nada mejor que volver y empezar a escribir sobre una anécdota que me ocurrió el otro día...
Pues así, hoy voy a hablar sobre un oficio peligroso, que entraña alto riesgo para la salud: catador de comida. He googleado un poco, y cosa rara, no he encontrado nadie que haya muerto por probar una comida en mal estado, pero estoy seguro de que a muchos le ha ocurrido algo parecido a lo mío... en fin, allá va!
Estaba mi padre poniendo la cena a mis perricas cuando les cortó además un trozo de una especie de paté para perros que había comprado ese mismo día (sin caducar y sin abrir, en 'perfecto' estado) de buey con verduras. Nana, la más jovencica de las perras, que no deja nada en el suelo y se come todo (piel de las patatas, tomate, lechuga, etc...) se dejó ese trozo sin comer, cosa rara... y luego Luna también se lo dejó...
Me dije "Bueno, igual es que no está bueno y por eso no lo quieren, voy a probarlo!". Así que cogí un trocito para probarlo, y bueno, la verdad es que no estaba malo. Sabía raro, pero no malo.
Consecuencia: al día siguiente no pude ingerir ningún alimento sólido ni líquido, pues mi cuerpo no lo aceptaba.
Conclusión: las perras son muy inteligentes (al menos más que yo, ya que no lo comieron)
Esta historia está basada en hechos reales.
Pues así, hoy voy a hablar sobre un oficio peligroso, que entraña alto riesgo para la salud: catador de comida. He googleado un poco, y cosa rara, no he encontrado nadie que haya muerto por probar una comida en mal estado, pero estoy seguro de que a muchos le ha ocurrido algo parecido a lo mío... en fin, allá va!
Estaba mi padre poniendo la cena a mis perricas cuando les cortó además un trozo de una especie de paté para perros que había comprado ese mismo día (sin caducar y sin abrir, en 'perfecto' estado) de buey con verduras. Nana, la más jovencica de las perras, que no deja nada en el suelo y se come todo (piel de las patatas, tomate, lechuga, etc...) se dejó ese trozo sin comer, cosa rara... y luego Luna también se lo dejó...
Me dije "Bueno, igual es que no está bueno y por eso no lo quieren, voy a probarlo!". Así que cogí un trocito para probarlo, y bueno, la verdad es que no estaba malo. Sabía raro, pero no malo.
Consecuencia: al día siguiente no pude ingerir ningún alimento sólido ni líquido, pues mi cuerpo no lo aceptaba.
Conclusión: las perras son muy inteligentes (al menos más que yo, ya que no lo comieron)
Esta historia está basada en hechos reales.
Please, don't try this at home
2 comentarios:
hombre, catador de comidas pase, pero catador de comidas de perro, eso si que tiene mérito!!!
hablando de probadores de comida...
jeje, bueno, no me digas que nunca te ha dado por probar la comida del perro/gato...
Interesante el link, gracias!
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